Este es otro mundo al revés de Thom Browne, aunque en realidad es un lugar y tema que ha explotado antes con la colección masculina (Japón).
En esta ocasión las modelos llevaban looks altamente decorados, artísticamente labrados, como versiones fashion de uniformes escolares. Las prendas tenían permutaciones plisadas "en combo", lucidas a la perfección y con toda la actitud, por modelos que iban riendo, pasando notas en una pasarela que se asemejaba a un sombrío salón de clases, engalanadas con uniformes de siluetas rectas con apliques de peces koi, geishas y un montón de alusiones al Monte Fuji.
Esto fue más allá del lujo, mucho más allá del concepto, con zapatos que tenían suelas elevadas, que se asemejaban a las sandalias Geta, usados con calcetines... Y ni hablar de los estupendos sombreros de paja, donde claramente se nota que se divirtió con piezas de toque clásico, con las que emuló a la legendaria Coco Chanel.
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