La poderosa casa de modas Chanel es ahora una marca de doble legado que tiene el ADN de la legendaria Gabrielle "Coco" Chanel y el emblemático Karl Lagerfeld, dos gigantes de la moda que entre ellos dieron forma a lo que las mujeres querían buscar en un siglo o más. Este ahora es un barco gigante para dirigir, y en su debut en el timón como capitana Virginie Viard lo llevo a aguas tranquilas suficientes como para una colección Cruise.
Esta colección estaba bajo la mira de todos los fashionfrenicos así que tuvo que cubrir mucho terreno. Por supuesto, es un gran desafío hacer todo para gustar a todos y mantener la coherencia de la marca. Viard tuvo agrupaciones de fabulosos looks en popelina de algodón parisienses, pantalones anchos recortados sobre el tobillo, blusas espumosas, seguidas por chaquetas de tweed usadas sobre leggings (impresos con C entrelazadas y otros emblemas de la casa), y luego con faldas clásicas de Chanel usadas con adorables zapatillas de bailarina, y luego con bonitos vestidos de gasa o encaje. Hubo también algo de suéteres de alas de murciélago y el bloque de color se hizo presente en los bolsos re-elaborados que se veían estupendos.
La inmortal estética de los looks Chanel era evidente de ver en la increíble evocación de un vagón comedor en un tren de preguerra, y una cafetería de la bella época que sugería los destinos glamorosos a los que el tren podría llevarte cuando salía de la estación. Aunque había vías de tren, aquí no había tren, porque ¿quién puede eclipsar los trenes humeantes del sensacional desfile de Alta Costura de Otoño 1998 de John Galliano para Christian Dior, o la no menos sorprendente presentación de Otoño 2012 de Marc Jacobs para Louis Vuitton?
De igual manera la nueva directora de una de las casas mas afamadas de moda la supo librar, pero cabe aclarar que los looks eran algo predecibles, muy en zona de confort... Esperemos que Karl y Cocó no se retuerzan en sus tumbas.
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