Eso de mantener a la casa Dior latente, ante de la salida de Raf Simons, y la contratación de un nuevo director creativo ha sido muy desgastante, y todo ha sido llevado a cabo por el equipo de diseño de la marca, los cuales hicieron un trabajo bastante decente.
La verdad la colección fue muy refrescante, se vio más joven, y mostró un Dior menos tenso que antes. Esta colección estaba pintada en su mayoría de negro, con cortes largos, faldas lápiz de talle alto, también hubo vestidos de cóctel con escotes envueltas, y chaquetas de siluetas más suaves; después de eso, más trajes y vestidos siguieron reapareciendo, y nunca hubo mucho sentido en el final. Con el cabello perfectamente peinado con un moño, y las orejas con incrustaciones de imperdibles, las modelos caminaron con actitud, facilidad y rapidez.
A decir verdad, no sería justo descartar el esfuerzo conjunto de todo el equipo, y seguramente la próxima temporada será probablemente otra historia, una vez que se encuentre un nuevo director creativo.
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