Todos viendo el desfile de Balmain creímos que Kim Kardashian West estaba en la pista; bueno, no en la carne, por que en realidad era Kendall Jenner quien lució una cabellera rubia. Ella, y el resto del ejercito supermodelos que Olivier Rousteing ha reclutado, sin duda hicieron de este desfile todo un espectáculo.
Tal parece que la obsesión de Olivier por Kim crece cada día; en la colección habían prendas que literalmente estaban inspiradas en ella, ya que los looks eran todo lo que posiblemente Kim usaría. Todo decía su nombre por doquier, habían minifaldas con silueta de burbuja, haciéndolas parecer con más curvas, muy típico en de Kim. "Las curvas son muy importantes hoy en día," dijo Rousteing detrás de la pasarela "Ella es la fuente; toda la colección se basa en Kim ".
La serie de corsetería, y sus cinturones metálicos entallando la cintura, hacen el énfasis en ángulo recto para moldear el trasero, redondearlo, y elevarlo. Más allá de eso, el mensaje del genio creativo de la casa Balmain para el otoño, era el punto exacto del cuerpo decorado: con incrustaciones de nácar y borlas, las piernas de encaje ondulado con volantes, bordados en terciopelo moldeado estilo rococó, y una malla transparente acompañada de la sastrería con sedas de tapicería, una literal mezcla de texturas.
Del modo que sea, al igual que la Kardashian, esta ultima propuesta de Balmain, ha provocado reacciones de amores y odios. Parecía que había más del último en los asistentes al desfile; pero todo hay que decirlo, así como su famosa musa, esta colección es súper llamativa.
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