Esta colección de una de las casas mas famosa de modas, es como una mezcolanza de referencias globales... Pero analicemos que era exactamente el punto "He visitado quince países este año", declaró Kim Jones quien es el actual diseñador a cargo de Louis Vuitton. "Yo quería que fuera todo lo que he visto, en vez de un lugar específico." Y si que lo hizo, ya que esto era una verdadera fusión de estilos globales que, según Jones, era una "metáfora" de esta colección, donde el sudeste de Asia se explayó en bordados animalistas tanto en las chaquetas GI como en los souvenirs, mimetizándose también sobre la ropa deportiva, mientras que con valentía las rayas en rojo, blanco y azul evocaban los aires de mediados de siglo en Los Ángeles.
Muchas cosas en realidad estaban en en exceso, pero no de forma excesiva, osea, eran puntos que estaban situados de manera inteligente, como los números de lona que enrollaban el estilo pac-a-mac en una funda de nylon, o en tejido de piel unidos a organza, que tenía una textura que parecía como crujiente, muy parecida al papel. También en esta particular propuesta, habían un par de abrigos y chaquetas a los que se invirtió un grabado de costuras formando una especie de telaraña gráfica. Aunque a decir verdad, se parecían un poco a los abrigos de un agente de tránsito aéreo.
Sus impresiones animalistas de gruyas, monos y panteras, salpicaron las pijamas de seda, como las de la clase alta de las películas, o como quien duerme en un lujoso vuelo de primera clase, inclusive algunos modelos iban aferrados a mantas, al igual que los viajeros soñolientos waylaid.
La verdad es que todo esto nos pareció inteligente, codiciable y reconocible al instante. Características básicas y banales de una colección compuesta por elementos muy simples.
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