Hubo muchísimo oro en la colección de Elie Saab en la temporada de la alta costura en París, ya que el diseñador volvió a sus raíces de los monotemáticos 90's, dando con este toque dorado un homenaje al sol de su Líbano natal. Esto explica la repetición de los vestidos de tul con bordados de encaje y oro aplicados en forma de flor que tintineaban en la pasarela.
Cuando los colores finalmente llegaron a la colección, lo hicieron en estupendos y delicados tonos pastel. Una innovación de esta muestra creativa, fueron las mangas quienes se alargaron para cubrir los lazos del abrazo que consumaban la celebración de los 25 años de boda del diseñador con su amada Claudine Saab.
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