Nunca se podrá decir que a Valli no le gusta el riesgo... Y justamente su ropa pulsaron con particularidad desde la primera mirada a este aspecto que llamamos riesgoso, con un tutú de tul colgado hacia abajo en una funda de crepé sobre los pantalones delgados. Los mismos pantalones delgados que reaparecieron con un estilo mohicano de plumas de avestruz, y fue la creación de una nueva silueta.
Volúmenes en altos, bajos, anchos y estrechos, donde menos te lo esperabas, tanto que parecía ser una característica muy fija de la colección, la forma por ejemplo, los pantalones en unas plateadas costuras de rafias metálicas se combinan con una gran bola de plumas de avestruz, o una nube de organza, que explotó hacia afuera desde un pequeño cuerpo usado de guarnición. Pero eso en realidad es una firma de la vieja escuela de Alta Moda, y es un recordatorio de que la alta costura esta en la sangre de Valli.
Esos volúmenes de estilo "Capucci" invertidos de lado nos encantaron, habían piezas aquí que evocaban otros tiempos, otros lugares, como la falda esculpida sobre un enterizo de macramé, o la túnica y los pantalones slim-line bordados.
Sin duda fue una excelente colección que nos deja claro que Giambattista Valli sabe lo que hace en cuanto a la alta costura se refiere.
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