Llega un momento de la temporada cuando el cerebro empieza a unir los puntos entre las colecciones, o en este caso, seguimos el sendero de lentejuelas.
Algo muy glamoroso había en los detalles que Dries Van Noten mostró en su colección, era una organización de oro, cobre, clavel y paillettes en azul pálido, todo sobre siluetas estilizadas y apliques de aletas o alas con destellos similares a la decoración de Marc Jacobs y Rodarte. Aunque un lado del glamour desvanecido de las estrellas de antaño de cine, o tal vez sólo los restos rancios de los departamentos de vestuario de un viejo Hollywood se está filtraron en los bordes de varios de los espectáculos de moda de esta temporada, y la verdad es que en Dries Van Noten se veía genial todo ese brillo en los corpiños de vestidos largos tipo 1930 estampados, o la decoración de las camisas blancas y en los hombros de los suéteres, haciéndole justicia ala memoria de Katharine Hepburn.
Esencialmente esto era una continuación del amor de Van Noten por las ricas telas tradicionales como el jacquard brocado y la seda, que pintados de púrpura, amarillo ocre, el martín pescador azul, y la sandía, combinaban de manera perfecta con la adición de estampados tipo tatuaje en guantes, medias y jerseys de cuello, que hacían referencia a los tribales de Asia.
Realmente nos gustó esta propuesta, y a su vez nos hace pensar, que seguramente habrá mucho más de la moda Van Noten para llevar en un fin de semana soleado de verano o en vacaciones la próxima temporada.
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