Esta es una de las primeras veces que Tommy Hilfiger ha emprendido una producción de este tipo fuera de la Semana de la Moda de Nueva York, en el había una atmósfera de carnaval similar a paseos en parques de diversiones y vendedores ambulantes, aunque la verdad ciertos aspectos eran totalmente específicos de la escena local de Venice Beach, de hecho, los ansiosos y jóvenes compradores que llegaban en pantalones cortos, sombreros y botines parecían llegar de fin de semana a Coachella.
El dúo Hadid / Hilfiger al parecer estaba pensando en el muelle de Santa Mónica, y lo que podría usar durante un día en el parque de diversiones y la tienda de dulces al crear esta colección, la cual estaba conformada por la ropa de deportiva de los 90's, y el dril de algodón "todo americano" con una rociada del trabajo hippie hecho a mano. Un par de jeans vintage remendados que el diseñador había trabajado antes fueron recuperados de los archivos y rediseñados por, y para la generación de las redes sociales: remiendos con emojis en lugar de signos de paz y piezas infinitamente "Instagramables". Incluso el eje de un clásico armario de buen gusto fue reimaginado para un cliente joven y fresco de mente, aunque por supuesto, este no sería un espectáculo de Tommy sin el estandarte de estrellas, y sin dejar claro que el tema de "todo americano" fue cortado y retorcido en todos los sentidos imaginables, yendo desde los cardigans a los vestidos boho pintados con una paleta de color donde predominaba el rojo, blanco y azul...
En definidas cuentas, es la colección más americana que hubiéramos visto esta temporada, y que ademas nos deja un mal pensamiento, y una pregunta en la cabeza ¿Tendrá que ver algo el sentir político del diseñador, o alguna simpatía presidencial? Por que si recordamos, en cierta ocasión hace algún tiempo el señor Tommy Hilfiger también hizo comentarios racistas y xenofóbicos.
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