La colección de John Galliano nos golpeó con un flujo descontroladamente creativo, y a la vez pensante el cual no se venía viendo o sintiendo desde que entró en Maison Margiela.
Haciendo referencias a la conciencia juvenil contemporánea filtrada a través de aplicaciones de redes sociales, esta colección trato de atravesar las capas de los simbolismos para llegar a algo emocional que hablaba sobre las dificultades actuales que enfrenta la humanidad (muy profundo el Sr Galliano) evocando referencias al pasado americano, a los pioneros ya las sectas aisladas de los países con sombreros altos, faldas folklóricas y bordados de lana poco uniformes, pero en realidad todo su impulso creativo estaba afincado en el hecho de descubrir el significado de las intersecciones entre el pasado y el presente.
En fin, esta colección literal y profundamente había que mirarla un poco mas allá, ya que las prendas de vestir a menudo iban convirtiéndose en esculturas suaves en forma de jaula, que revelaban los trabajos inferiores e interiores, o como el mismísimo John Galliano lo dijo, "habia que reducirlo a la memoria de la emoción. "
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