Billabong ha registrado una pérdida neta de 859,5 millones de dólares australianos (578 millones de euros) en su último ejercicio fiscal, concluido el pasado 30 de junio. Los analistas cuentan con una pérdida de 560 millones de dólares australianos (AUD). El grupo ha reducido el valor de sus marcas hasta un total de 604,3 millones AUD. Sus ventas han retrocedido un 13,5% en un año, hasta los 1.340 millones AUD.
El presidente de Billabong, Ian Pollard, ha calificado el ejercicio como “el periodo más difícil de la historia de la compañía”, creada en 1973. Ha cerrado 158 tiendas, vendido la línea DaKine y ha reestructurado la división Nixon, cuyo valor actual equivale a cero.
La firma, que lleva un tiempo en busca de un comprador, ha tenido varias propuestas que no se han llevado a cabo en los últimos meses. El grupo acaba de realizar un acuerdo de refinanciación con el fondo de inversión americano Altamont Capital Partners y GSO Capital, por 470 millines AUD, según declara Ian Pollard.
La compañía reflexiona sobre otra propuesta de re financiación comunicada la semana pasada por el fondo americano Centerbridge y Oaktree, añade Ian Pollard.
“Estamos cerca del final de un largo y perturbador proceso, deprimente para los trabajadores y muy costos”, subraya. “La firma está impaciente por concentrarse en sus actividades, reanimar sus marcas, reconstruir la estructura en un marco financiero sólido y a largo plazo”.
Según el analista Evan Lucas, de IG MArkets, las cifras publicadas el pasado martes explican el abandono sucesivo de candidatos a la compra y la pérdida de interés por parte de los bancos. Según Lucas, Billabong va ciertamente salir de la zona de peligro en los próximos doce meses.
Creada en la Gold Coast australiana, en el estado de Queensland, la marca Billabong adquirió su fama en el universo del surf. Después, empezó a crear ropa de deportes de deslizamiento con la ambición de seducir al gran público.
Sin embargo, en los últimos años, el grupo ha ido acumulando un seguido de contrariedades: una expansión demasiado rápida, la carestía del dólar australiano que hizo reducir sus beneficios en el extranjero, la crisis en Europa y en Estados Unidos y la consecuente caída de las ventas, y la pérdida de notoriedad frente a una clientela joven.
Dejando a un lado los elementos excepcionales, el beneficio ha sido de 72,6 millones AUD, lo que se traduce en un retroceso del 16,4% en comparación con el año pasado. Las acciones del grupo perdían cerca de un 10% en la Bolsa de Sidney el martes por la mañana, hasta los 51 céntimos. Ya en junio alcanzaron un récord todavía más bajo, hasta los 12 céntimos.
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