La colección fue aburridisima, sosa y sin vida. Los tonos de blanco "blanquito" y "blancote" se mezclaron con dorado, en también todos sus distintos tonos y brillos, las prendas y diseños intentaron evocar a ciertos looks iconológicos de las divas de Hollywood de los años 30, pero en realidad fue un intento fallidisimo, los accesorios nada originales (ni medio descrestantes) lo único que se le avala fueron ciertas texturas de las telas que se veían llamativas... en definición el sr Otálora le falto un "resplandor" de originalidad, innovacion y diseño para su colección.
Fotos cortesia: Camara Lucida.
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