"Christian Dior: Diseñador de los sueños" no podría haber llegado al Museo Victoria and Albert con un momento más conmovedor ahora que los británicos viven el trauma de la separación caótica de su país de Europa, ya que el punto centrífugo de esta exposición es mostrar el amor de un francés por Gran Bretaña, un amor tan apasionadamente devuelto por las mujeres del Reino Unido que desafiaron la desaprobación de su propio gobierno, arrojando sus faldas ondulantes de New Look ante la austeridad a la primera oportunidad. En el camino a los Estados Unidos a través de Londres, en 1947, el magnifico Christian Dior fue emboscado por el Daily Express, cuya reportera de moda, Anne Edwards, exigió saber cómo esperaba que un mundo corto en tela fuera por sus extravagantes diseños. "Le estoy dando a las mujeres los vestidos que quieren", dijo. "Están hartos de las restricciones de guerra, y mis faldas son una liberación ".
Esta no es una exposición de los poco conocidos de Dior. La introducción británica al show lleva al espectador una y otra vez, habitación por habitación, a las historias que han sido superpuestas en las firmas de la maison Dior por todos los diseñadores que han pasado por ella desde el fallecimiento del genio creativo: Yves Saint Laurent, Marc Bohan, Gianfranco Ferré, John Galliano (el mejor de todos), Raf Simons (el peor de todos) y ahora Maria Grazia Chiuri.
Sin duda alguna "Christian Dior: Diseñador de los sueños" es una orgía de belleza, de hecho: un espectáculo reconfigurado de la reciente retrospectiva de Dior que ocupó el Museo de Artes Decorativas de París. Pero en Londres el tiempo y el espacio no pueden evitar resonar de forma completamente diferente ya que para ellos tiene un gran significado. Este es un verdadero escape donde la fantasía, los sueños y las maravillas de la moda sirven para sacar a las mujeres de la lucha diaria y de la monotonía del mundo exterior.
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