Ya en la inauguración oficial el viernes pasado, el discurso de Nathalie Massenet estaba lleno de elementos persuasivos: “La moda británica nunca ha sido tan conocida a nivel mundial, declaraba la heroína del comercio electrónico de lujo nombrada este año presidente del British Fashion Council. No hay tienda o publicación de moda que no tenga los ojos puestos en Londres para ponerse al día”, añadió. Su misión por la moda británica es muy clara: “queremos guiar y no seguir, vamos a definir nuestra propias reglas para entrar en una era de renovación, innovación y sobre todo de confianza en nosotros mismos”… El British Fashion Council, que invita a prensa internacional, compradores y cada vez más marcas emergentes no británicas para disfrutar del eco grandilocuente de Londres, tiene la particularidad de ser una institución gubernamental, es decir, política. Por parte de la prensa, la presencia de miembros de las revistas Vogue US y de Style.com desprendía una dimensión afectiva, el elenco de redactores y periodistas de dichos medios de comunicación líderes estaban presentes en el evento, Anna Wintour y Tim Blanks a la cabeza.
El estilo de las colecciones londinenses se muestra cada vez más realista, como si la seriedad reivindicada por las autoridades hubiese impactado ya en los cerebros creativos, extravagantes por tradición. La nueva ola de diseñadores mencionados en la prensa de la moda – J.W. Anderson, Michael Van der Ham, Sister By Sibling, Simone Rocha, etc. – mostró propuestas dirigidas a una clientela más amplia que de costumbre. Incluso las estrellas ya confirmadas – Katrantzou, Pilotto, Saunders ou Erdem – se rigen, para esta temporada, por una trayectoria fuera de lo normal y experimental sin olvidar su objetivo de satisfacer a un amplio espectro de clientes. Aunque en el desfile de la turbulenta Louise Gray se incluyeran rollos de papel de váter en los looks de una colección bautizada como “Hey Crazy”, las piezas resultaron serias y comercialmente seductoras.
El desfile más aplaudido fue sin duda el de Christopher Kane, que acaba de ser adquirido por PPR. Su rica colección de 60 siluetas conquistó el corazón de Salma Hayek presente en la primera fila, y probablemente reconfortó a François-Henri Pinault en cuanto a su inversión. ¿Hasta el punto de dejar que desfile en Londres para siempre? No parece tan seguro, a juzgar por los rumores de los pasillos. Si fuera el caso, se trataría de la primera marca londinense en manos de PPR sin desfilar en París, Stella McCartney y Alexander McQueen dan fe de ello.
Por Florent Gilles
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