martes, 16 de julio de 2013

Una edición con interrogantes del Bread & Butter

¿Qué decir del Bread & Butter, que cerró sus puertas el pasado jueves? Desde hace tiempo no se encontraban opiniones tan diversas con respecto al evento berlinés. Incluso desde antes de la apertura de puertas en la mañana del martes, los compradores y expositores ya hablaban al respecto de dos importantes símbolos para quien ha seguido al Bread & Butter desde sus inicios: el stand G-Star que fue reducido a 140 metros cuadrados, y la llegada del grupo Bestseller sobre 6.000 metros cuadrados. A esto hay que sumarle el coste de la entrada para no compradores y no expositores: ¡500 euros! No es de extrañar que al final las opiniones variaran entre las diferentes marcas.
Por el contrario, hubo consenso a la hora de recalcar la caída en el número de visitantes y un ambiente menos festivo de lo habitual. Ciertos especialistas del salón confirmaron después de sus análisis que hubo una caída de dos cifras en la afluencia de público el primer día. Otros alegaron un aumento debido al cambio de pabellón, cambio que fue posible gracias a la ausencia de diversos pesos pesados del denim. 

“Estaré durante tres días pero, al observar el flujo de gente, ahora a las 10:30h, creo que el día se me va a hacer largo”, comenta el director de la filial francesa de una gran marca. “Hay menos gente en el salón, pero al final tuvimos una interesante afluencia en el stand”, explica el equipo alemán de Aigle. No obstante, según Karl-Heinz Müller, director del evento, la entrada a 500 euros permitió filtrar y ofrecer un público profesional y de calidad para las marcas. “De todas formas estuvo muy bien para mí. Han visitado nuestro stand cerca de veinte franceses en un día”, comenta Philippe Elbaz, representante de Scotch&Soda para Francia. 

Al final, la afluencia fue bastante nórdica. Karl-Heinz Müller, que no revela cifras sobre el número de visitantes, comenta en un comunicado final: “Desafortunadamente, nuestros amigos del Sur de Europa volvieron a faltar”.

Además de esto, la presencia de Bestseller dio un tono diferente al salón. Particularmente para los expositores del espacio Upper Street Market, que esperaban ver el universo Premium de LOCK. En lugar de éste, el gigante danés del fast fashion reinterpretó su pabellón de forma muy cualitativa, jugando con la iluminación, las sombras y poniendo el acento en sus marcas. 
Una característica que, según los observadores, hizo menos atractivo el resto de pabellones. “Este Bread fue el salón de Bestseller. Su pabellón fue el más atractivo y dinámico. Y para algunos, en tiempos de crisis, su oferta puede parecer un refugio seguro. Nosotros por ejemplo no la distribuimos. En realidad, hay poca innovación en sus colecciones y los clientes en nuestro segmento de precio no vienen buscando productos básicos, sino que exigen novedades. Sin duda alguna iré en agosto al salón de Las Vegas”, concluye Jean-Paul Chouraqui, cofundador de la marca Fiesta. “Lo que es seguro es que cada marca expositora tomará sus propias decisiones”, añade Philippe Atlani de Pepe Jeans. 

Mientras tanto, Karl-Heinz Müller no revela detalles sobre sus proyectos, pero pone fecha para la próxima cita, que tendrá lugar del 14 al 16 de enero de 2014 en Berlín, en el aeropuerto Tempelhof.
Olivier Guyot y Bruno Joly


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