Nada dice "nuevo cliente Couture", como la ultima colección de Giambattista Valli...
Imagínense fashionfrenicos, a los jardines de la Alhambra. A una mujer vestida de la noche anterior, se envuelve a sí misma en una hoja rayada o se desliza en la pijama de su novio. El sol es muy brillante, ella se pone las gafas de sol. Su cabeza la envuelve en una servilleta del cubo de champagne, y se va a dar un paseo por el jardín.
Una historia muy bonita, y Valli ademas de hacerle justicia, la contó majestuosamente en su pasarela.
Es que realmente se vio que fue el eclecticismo de la Alhambra el que lo atraía, el que lo tenia embelesado por la mezcla de árabe y español. Esa mezcla fue totalmente sublimada en esta pasarela, pero todavía había una sensación del calor de los jardines, por la riqueza de las flores, e incluso al final, un rigor católico monocromático como una especie de limpiador antes de un final de las faldas esponjadas en un gran espectáculo de tul con plumas.
"Van a ser el best-seller" Valli anunciaba con confianza, por que sabia que serian el éxito que tuvo.
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